Barry Komisaruk es un neurocientífico norteamericano que ha asistido a los orgasmos de más de 200 mujeres. Se trata de una investigación que Komisaruk está llevando a cabo, en la que analiza cómo responde el cerebro femenino a los orgasmos, con la finalidad de entender el porqué de este estado de clímax, el funcionamiento de las hormonas y las neuronas durante este momento e intentar averiguar cómo se podrían provocar esas sensaciones de forma más intensa, intentar “encontrar una manera de aumentar el placer en la vida de la gente”, cómo asegura el científico.
Komisaruk selecciona a voluntarias para que se autoestimulen en una máquina de resonancia magnética mientras él y su equipo estudian las áreas del cerebro que se activan en ese momento. En el momento del clímax, el sonido amplificado de las neuronas se asemeja al ruido que hacen las palomitas de maíz a punto de estallar en el microondas, asegura el científico.
De esta manera ha podido comprobar cómo los orgasmos bloquean, de forma natural, el dolor, disminuyéndolo hasta un 50%. Pero al científico norteamericano aún le quedan algunos misterios por descubrir: es curioso ver como con los orgasmos se activa la misma parte del cerebro que con el dolor. De hecho, las caras de las voluntarias no distan mucho de las de alguien a quien le ha pasado un camión por encima del pie, según el científico. ¿Cuál es la diferencia entre placer y dolor?, ¿qué hace que algo siente bien?, y ¿qué función evolutiva cumple el orgasmo femenino? En el caso de los hombres está claro, pero, ¿en las mujeres? Komisaruk cree que las contracciones en el útero durante el orgasmo podrían ayudar al semen a alcanzar las trompas de Falopio y conseguir el embarazo. ¿Es esta la única función? Parece ser que no. A Komisaruk aún le quedan muchos orgasmos por ver antes de poder dar respuesta a las tantísimas preguntas que existen respecto al orgasmo femenino.
Fuente: ABC
S.
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