La Dolce Vita es Marcello y su periodismo del corazón, es superioridad burguesa y vieja aristocracia, glamour y lujo. Es cabarets y locales de moda, Anita Ekberg y la fontana di Trevi, belleza, banalidades, Roma. Cámara, luces, circos creados en torno a la Iglesia y a la religión. Es romanticismo y suicidio, es desconcierto, incomunicación.
La Dolce Vita es, al fin y al cabo, una visión contemporánea a un mundo concreto, un mundo aún vigente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario