Jorge Messi se plantó y, harto de dar vueltas por las instalaciones del Camp Nou durante el mes de octubre de 2000, amenazó con llevarse a su hijo si el Barcelona no le extendía ya mismo un contrato. A Carles Rexach, director deportivo del club, el ultimátum le sonó tan serio y el niño le parecía tan bueno que tomó una servilleta de papel y en el restaurante del Club Tenis Pompeia, presidido por Josep Maria Minguella, escribió: "Yo, Charly Rexach, en presencia de Horacio Gaggioli [representante de la empresa Marka y que actuó en nombre de la familia Messi] y Josep Maria Minguella, me comprometo a la contratación de Lionel Messi en las condiciones pactadas y a pesar de la contra interna que existe en el club".
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